EN MARZO DE 2020...

La reclusión por positivo en Omicron da tiempo para muchas cosas, entre otras cosas, para rebuscar entre viejas notas. Ayer me encontré ésta que por alguna razón, no publiqué. Está escrita en junio del 2020 y leyéndola ahora, con la perspectiva del tiempo y en el punto que estamos, impresiona un poco.

Al final la conclusión que sacaremos de todo esto cuando acabe, estará claro: nos avisan antes de que esto iba a suceder y la carcajada duraba hasta hoy. Para habernos matado.

Cuando escribo estas líneas, se supone que estamos saliendo de una pesadilla interminable que hemos vivido durante más de 100 días. Desconozco como estarán las cosas cuándo esto vea la luz, cuando estés leyendo esto, pero dudo que estemos peor de lo que nos ha tocado vivir.

LOS DISCOS DE NUESTRA VIDA, surge como iniciativa para “entretener” los primeros días de alarma, esos supuestos quince días que iba a durar el confinamiento inicial, donde íbamos a seleccionar 10 o 12 discos importantes, escribiría unas líneas sobre ellos, y pediríamos a los artistas y grupos, un testimonio sobre sus trabajos. Al final la pesadilla se amplió y el proyecto creció con él.

Ni qué decir tiene lo increíblemente gratificante sentirles tan cerca, su predisposición a colaborar, y de rubricar de manera eterna, una relación de amor y respeto mutuo.

Cada mañana, me levantaba, escuchaba el disco elegido, y brotaban las palabras y los recuerdos hacia él. Una cascada de emociones que en algún momento me llevo al borde de las lágrimas. Para todos un recuerdo inolvidable a modo de canción, o de algún momento. Poder volver a hablar con ellos, recibir sus vídeos, su aliento. ha sido uno de los momentos que más recordaré en estos 30 años de compromiso con esta Factoría de suelos cumplidos, que es SUBTERFUGE RECORDS.

 Un placebo que se me antoja imprescindible, para soportar estos meses de soledad y angustia, en una oficina vacía de gente, vacía de la vida habitual que inunda cada rincón.

Reuniones vía Zoom, Skype o FaceTime, playlists maravillosas para intentar alegrarnos a todo seste secuestro que la historia nos ha impuesto. Conciertos en streaming, los ya inolvidables STEREOGRAM, planificaciones, grabaciones de podcasts en SUBTERFUGE RADIO, y mucha, muchísima reflexión sobre a dónde nos va a llevar esto… comprobar lo poco que la Cultura, importamos a los gobiernos. La soledad del portero ante el penalti.

Nuestra vida son nuestros discos, nuestros artistas y sus canciones, sin ellos estaríamos muertos. Así que sirva este compendio de textos e imágenes generadas en pleno confinamiento, a modo de diario de Bitácora, de días de angustia y soledad, donde la música volvió a actuar como el ente sanador que siempre necesitamos, y al que siempre volvemos.

Carlos Galán. Madrid junio 2020.

 Esta nota también la tenía en el móvil, marzo 2020: Lo azul para fuera 😅