Plástico. Tener mil problemas y dos soluciones

Que si, que vale, que esto ya no es lo que era. Que las alegrías brillan por su ausencia y que lo micro problemas se convierten en montañas. Pero que coño, lo que me hace feliz, sigue siendo editar música, editar canciones, hablar con los artistas, ayudarles a construir un panorama sólido para que defiendan su obra, entusiasmarme con su entusiasmo.

Evidentemente eres consciente que la recepción de un lanzamiento en esta maraña de autoeditados, crowdfundings, "me invento un sello y lo edito", ipod shuflles a reventar...       será más fría, más escéptica, ya no se creen nada y lo tienen que aprobar ellos. Bien, la rebelión de las masas de Ortega ya está aquí.

Hace años inauguré una colección dentro de Subterfuge que se llamaba Canciones desde la tumba y que se dedicaba a escarbar a la búsqueda de grabaciones de grupos desaparecidos y que en su momento nos habían marcado. De ahí salieron discos de Alaska y los Pegamoides (Mundo Indómito, dedicado a rescatar maquetas y Llegando hasta el final, grabación del último concierto que dio la banda en 1983, ambos coordinados por el ínclito Pedro Munster y con maravillosas portadas del grandísimo Javier Aramburu), Los Vegetales que inauguraron la serie, La banda sin futuro del inimitable Poch, los inclasificables Terry 4 y un sueño cumplido, las primeras canciones de Farmacia de Guardia. Por avatares de la de la situación, esta serie fue criogenizada a mediados del 2000: demasiada presión por detectar por dónde iban los nuevos hábitos de consumo, aprender nuevos lenguajes, intentar defender nuestra identidad y demás mandangas...

A día de hoy, asumo todos los cambios e incluso veo cierto brillo en el horizonte a pesar de interminables tempestades. Una de las razones para inocularme una buena dosis de entusiasmo se llama Plástico, la banda de unos quinceañeros Eduardo Benavente, Rafa Gutierrez, Toti Arboles, Carlos Sabafren, Emilio Estecha y el que tuvo a bien guardar durante casi 40 años esta maravilla, Luis Carlos Esteban. Hace un par de años en una conversación con Rafa, posteriormente fundador de los incombustibles Hombres G, me habló de una grabación hecha en unos desaparecidos estudios de la Plaza de Ramales en 1978, por intermediación de su hermano Felipe Lipe, bajista de los entonces deslumbrantes Tequila. Desde el principio me pareció una historia alucinante, por la edad de los componentes (cuando se grabó algunos tenían sólo 16 años), por quienes llegaron a ser (en sus filas estaban los futuros componentes de de bandas tan dispares como Parálisis Permanente, Hombres G y Olé Olé) pero sobre todo, porque me hizo ver que aún hay mucho por descubrir y recuperar. Afortunadamente el máster de esa grabación estaba bajo la custodia de Luis Carlos Esteban, y aún me emociono recordando la primera escucha de "Esto es", "Bombón helado", "Rodando por la escaleras" o "Me va la marcha" junto a ese hit inmediato y que me llegó a lo más profundo del alma "Patinete homicida".

A finales de Septiembre estará disponible. Se reactiva Canciones desde la tumba y yo, más que feliz. Por cosas así merece la pena todo, como dicen Plástico; "Tener mil problemas y dos soluciones". Pues eso.